Que un material sea reciclable no asegura su reciclabilidad

*Columna de opinión de nuestra Directora y Cofundadora Carola Moya, a partir de la experiencia en el APL de Ecoetiquetado, publicada en País Circular (18.03.2021)

El sello #ELIJORECICLAR no sólo ha traído información a la ciudadanía sino además al mundo privado, quienes han descubierto que la reciclabilidad de sus envases va mucho más allá de la materialidad, sino que depende también de que exista una ruta consolidada de valorización -que desconocen-, obligándoles a tomar un rol más activo dentro de la cadena.

Durante años la ciudadanía se encontró con el problema de no poder reciclar sus envases, no sólo por falta de infraestructura sino de información, ya que estos ni siquiera estaban rotulados con el tipo de material. No es que a la gente no le importara o no quisiera hacerse cargo de sus residuos sino que el mercado no se lo hacía nada fácil, provocando frustración y desconfianza. Fue así como en el 2017 surge desde el movimiento consumerista la campaña #ADONDEVAMIENVASE, impulsada por Circular, la Asociación de Consumo Sustentable de Chile.

Esta campaña buscaba concientizar a las empresas sobre la importancia de rotular de manera correcta para así promover hábitos de consumo circular corresponsables, pero pese a la antigüedad, fuerza de la campaña y nuevos pactos firmados entre privados, las empresas aún se excusan en el stock de envases que tienen para justificar la presencia de estos (mal o sin rotular) en el mercado. Lo que aún no logran comprender es que esta falta de información sólo retrasa el cambio de hábito necesario para cumplir con las metas de la Ley REP, ya que sin la participación activa de la ciudadanía no lo podrán lograr.

Por esto, es que tiene tanta relevancia el APL de ecoetiquetado impulsado por SOFOFA junto al Ministerio del Medio Ambiente, la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, y en representación de la sociedad civil, Circular, ya que ha logrado que más de mil envases cuenten con el sello de reciclabilidad, entregando información transparente y fiable a la ciudadanía.

Para optar a esta ecoetiqueta las empresas deben pasar por una certificación que verifica la ruta consolidada de valorización, proceso realizado por un tercero validado que vela por el cumplimiento de los requisitos, es así cómo, sólo aquellos que cuenten con al menos un 80% del peso del envase reciclable pueden obtenerlo.

Este proceso ha sido de aprendizajes y no ha estado exento de problemas, ya que ha visibilizado la falta de conocimientos de los privados en relación a la cadena de valor de sus envases, dejando en evidencia que desconocen las capacidades técnicas instaladas a nivel local y sus requerimientos, enfrentándose también, al igual que la ciudadanía a la disyuntiva de qué hacer con sus envases. Es así como algunos de los envases que han sido premiados como “sustentables” estos últimos años no han logrado pasar la certificación ya que no cuentan con una ruta consolidada de valorización que asegure a la ciudadanía de manera masiva su reciclaje. Lo que ha llevado a la industria ha comprender que no basta con que el material del envase sea reciclable para que ello suceda, sino que depende también de su contenido y si existe demanda de la industria del reciclaje, eso implica que haya gestores para su recuperación y valorizadores interesados.

Esto ha impulsado a varias empresas comprometidas a cambiar sus envases para que sí puedan ser reciclados, algo estratégico, si pensamos que esto además de adelantarse a los problemas que tendrían para cumplir con la Ley REP mejora su reputación. Aunque, lamentablemente, existen otras empresas que han decidido no certificarse al darse cuenta que sus envases no cumplen con los requerimientos exigidos por el sello y han optado por incluir etiquetas auto declaratorias, lo cual sólo confunde a la ciudadanía, ya que no entregan información clara, fiable ni transparente.

Por otro lado, hay otras empresas que han asumido un rol mucho más activo buscando solución a los hotspots que se presentan en la cadena, impulsando acciones que van más allá de la reciclabilidad de su envase, ayudando a desatascar cuellos de botella y facilitando la conexión y trabajo entre actores, como es el caso de Tetra Pak. Empresa que pese a no ser responsable de poner envases en el mercado, busca facilitar a sus clientes la futura gestión de cartones para bebida, conectando gestores (públicos y privados) con valorizadores. Otro caso a destacar, es el spin-off que surgió del APL de Ecoetiquetado, donde algunas empresas con envases de PP flexible (N° 5) asumirán el financiamiento de la gestión de sus envases, ya que las empresas gestoras han cerrado sus bocas por falta de rentabilidad, esto pondrá 8 nuevos puntos disponibles en el mercado.

Sin duda el sello #ELIJORECICLAR pese a ser un piloto, vino a cambiar las reglas del juego, entregando información veraz y oportuna a la ciudadanía, obligando a las empresas a conocer e involucrarse en toda la cadena de valor de sus envases y fomentando el consumo circular de manera corresponsable. 

Es importante tener claro que esto recién está comenzando, la ciudadanía está cada vez más empoderada y busca acciones reales e inmediatas, por lo que compromisos al 2030 no son suficientes, exigen empresas que asuman la responsabilidad en toda la cadena, algo que con el sistema de gestión se vería solucionado en gran parte, por lo que urge que empiece a funcionar.

Asociación de Consumidores

AdC Circular es la primera asociación de consumidores en Chile especializada en temas de Sustentabilidad con Perspectiva de Género.

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